domingo, 6 de noviembre de 2011

GABRIELLA BESANZONI (1890 – 1962)

Destacada contralto – mezzosoprano italiana, estudió en la Academia de Santa Cecilia de Roma con Alessandro Maggi e Hilda Brizza. Primeramente como soprano para cambiar luego a su tesitura de contralto.
Debutó en Viterbo como Adalgisa de Norma de Bellini en 1911 pasando rápidamente al Costanzi de Roma en donde en 1913 ya cantaba la comprometida parte de Ulrica en Un baile de Máscaras de Verdi. Ascendió rápidamente y en pocos años ya estaba en La Scala en donde apareció en Orfeo, Amneris, Carmen y Mignon dirigida por Toscanini. Entre 1918 y 1935 fue la mezzosoprano favorita del Teatro Colón en Buenos Aires donde cantó Dalila, Carmen, Amneris, Lola, La Cieca, Preziosilla, Marina, Leonora en La favorita, Mignon, Adalgisa, Isabella, Francesca da Rimini y Jacquerie. Debutó en el Metropolitan Opera House de Nueva York en la temporada 1919 como Amneris en Aida al lado de Claudia Muzio, Giovanni Martinelli y Renato Zanelli. En la misma temporada apareció como Marina en Borís Godunov, Isabella en L'italiana in Algeri, Dalila en Sansón y Dalila y Preziosilla en La Forza del Destino. En estas dos últimas óperas tuvo como compañero a Enrico Caruso, una pareja inmejorable para la joven cantante. Totalizando solamente 15 apariciones, su estilo y figura no fueron del agrado del público del MET.
La voz de la Besanzoni se distinguía de entre sus colegas por el volumen, flexibilidad y extensión además del carácter aterciopelado que se podía apreciar sobre todo en el centro y el grave. Fue una voz cuyo grave surgía fácilmente y no se notaba el escalón clásico que por lo general se percibe al pasar de la voz de cabeza a la de pecho. Así también la flexibilidad de su instrumento era notable, pudiendo afrontar con total éxito el repertorio de coloratura con inclusión del trino que luce de manera espectacular en su grabación de "Stride la Vampa".
Para muchos expertos la suya fue la última voz verdadera de contralto, en línea con las grandes del siglo XIX. En palabras de Giacommo Lauri Volpi: “Es la última voz de mezzosoprano contralto que haya tenido Italia. Las sucesivas, en comparación, parecían jilgueros, mirlos o canarios encerrados en una jaula de metal más o menos preciosa...”.
Fue una de las divas más célebres de la segunda década del siglo XX. Para el público de su tiempo la Besanzoni era sinónimo de Carmen, ya que poseía todas las cualidades indispensables para un perfecto desempeño del papel; el físico, la voz y ese magnetismo especial que la hacía llegar a la audiencia. Le gustaba presentarse en el último acto de la ópera de Bizet con joyas de gran valor, seguramente inadecuadas para el carácter de la gitana, pero que ciertamente contribuía a dar una imagen reluciente, que, sumada a la espectacularidad del canto, producían un efecto sin igual.
Se retiró en 1939 como Carmen, su papel favorito, en las Terme di Caracalle en Roma.

Gabriella Besanzoni, en su interpretación de Chanson Boheme en el papel de Carmen:




Fuente:
- es.wikipedia.org

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